Aquí publicamos algunos argumentos de la Federación Española de Hostelería contra esta medida:
■ Miedo ante la posibilidad de que formatos novedosos den lugar a un aumento precio del aceite de oliva.
■ No se tienen en cuenta los aspectos medioambientales.
La medida producirá un incremento del volumen de envases, plásticos y vidrios.
■ Nadie ha realizado estudio de las nuevas necesidades en el ámbito logístico, de ubicación de producto y de espacio que harán que el aceite pueda desaparecer de muchas ubicaciones y ser sustituido por condimentos y aliños diferentes, más cómodos, sencillos, económicos y no sujetos a normativas tan estrictas como las que se pretende imponer al aceite de oliva.
■ No se ha valorado el desperdicio alimentaria que producirán unos envases, por ejemplo de 20 el que en casi ningún caso se agotan en el uso de monodosis y que sin embargo se convierte en residuo y por tanto derroche alimentario.
■ Que el producto no tenga etiqueta cuando está en la mesa del restaurante o la barra del bar no es una pérdida de información al consumidor, ya que se dispone de carias, paneles y lo que es más importante del conocimiento / atención de nuestro personal de sala y barra. Los establecimientos de hostelería no son supermercados por ello no tener la etiqueta no es sinónimo de desinformación.
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