El cerebro empieza a envejecer antes de cumplir los 30. Poco a poco va perdiendo peso (y neuronas) a medida que pasan los años. Y al haber menos neuronas se rompen también algunas de sus conexiones, provocando que el proceso de transmisión de la información se ralentice. La consecuencia no es otra que acordarte de las cosas te cuesta más. Este deterioro suele ser muy lento al principio y se acelera a partir de los 45. Pero si entrenas la mente no solo puedes evitar que te falle la memoria, sino que ganas mucho en tu día a día
1 Te organizarás mejor y alejarás el estrés
Si ejercitas tu memoria, tus capacidades de lógica y análisis aumentarán. Y ambas facultades juegan un papel clave a la hora de marcar prioridades, organizar tu agenda, fijar objetivos y resolver problemas. Esto te ayudará a aprovechar mejor tu tiempo y a sentirte menos estresada cuando tengas mucho trabajo.
2 Recordarás enseguida las cosas
Hay personas que recuerdan, por ejemplo, muy fácilmente anécdotas pasadas pero les cuesta acordarse de un número de teléfono. ¿Por qué ocurre? Pues porque se trata de recuerdos que se guardan en zonas diferentes del cerebro. Pasa algo similar a lo que sucede en tu mesa de trabajo o en los cajones de casa, donde te cuesta encontrar aquello que "utilizas" poco o simplemente eres incapaz de recordar dónde estaba.
Pero si trabajas los diferentes campos de la memoria te resultará más fácil (y más rápido) encontrar aquello que está más "escondido".
3 Estarás más atenta sin mucho esfuerzo
La atención, como ya te dijimos aquí, es clave ya que sin ella es casi imposible acordarse de las cosas. Piensa, por ejemplo, cuando lees un diario: las noticias que recuerdas mejor son aquellas que te han llamado más la atención. Y esa capacidad de estar atentos y concentrados (que a veces se va perdiendo cuando nos hacemos mayores o nos cuesta horrores mantenerla) puede trabajarse con ejercicios.
4 Te sentirás menos torpe en tu día a día
La memoria no solo gestiona los recuerdos, mantenerla en forma también te ayuda a que te sean más fáciles las tareas cotidianas: si consigues retener lo que ves o te dicen, eres rápida mentalmente o no te cuesta nada concentrarte te resultará mucho más fácil seguir unas indicaciones que te acaban de dar, leer un mapa, navegar por Internet, diferenciar los mejores descuentos en rebajas o saber encontrar soluciones a los problemas de forma creativa.
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